“En
general, necesitan ayuda para reconocer estructuras,
necesitan ayuda “para encontrar su cuerpo”
y necesitan ayuda para sentirse seguros con sus emociones.”
necesitan ayuda “para encontrar su cuerpo”
y necesitan ayuda para sentirse seguros con sus emociones.”
“Una
característica inusual e inesperada
que casi todos estos niños tenían en común
era que tenían algún tipo de relación con los óvulos fertilizados
que no fueron utilizados en la implantación
y ahora están congelados.”
que casi todos estos niños tenían en común
era que tenían algún tipo de relación con los óvulos fertilizados
que no fueron utilizados en la implantación
y ahora están congelados.”
Karlton
Terry
Si
la consciencia del bebé antes de nacer es un tema todavía
prácticamente desconocido por el gran público incluso en los campos
de la salud y la educación, ¿qué decir del trauma psicológico
inherente a la manipulación temprana de la vida que suponen las
Técnicas de Reproducción Asistida? Cuando la biografía de una
persona se inicia fuera del hábitat uterino de su madre en una
concepción no ecológica, cuando se empieza el camino vital sin la
protección y la bendición que brinda el ambiente natural de unión
sexual procreativa entre un hombre y una mujer enamorados, cuando es
violentamente forzado el sexo entre un espermatozoide y un óvulo...
¿alguien piensa que no va a tener serias consecuencias para ese
nuevo ser humano en crecimiento, para su familia y para toda la
Familia Humana?
A
continuación un artículo pionero firmado por Karlton Terry,
educador pre y perinatal, publicado en español en el 2011 por la
revista La Marea nº16, editada por la Asociación Española de Terapia Biodinámica Craneosacral (AETBC). Su valiente
y humilde testimonio sigue hoy no sólo vigente sino que resulta una
aportación de urgente necesidad. Debido a su trascendencia es
recuperado y reproducido íntegro por el presente blog La Vida Intrauterina
con el permiso de la asociación.
Un
documento para leer con calma y asombrarse de principio a fin, que
brinda esperanza y guía especialmente para padres y madres con hijos
manipulados por las TRA, indicado para educadores y profesionales de
la salud así como toda persona interesada en el bienestar del Ser
Humano y la Humanidad. Una invitación a maravillarse del poder del
Amor y a reconectar con la Sabiduría
y el Sentido del Orden de la Naturaleza.
Observaciones
en el tratamiento de niños concebidos por fertilización in vitro
Educador
pre y perinatal
Denver,
Colorado
En mis talleres para bebés en Boulder, que tienen lugar aproximadamente una vez al mes, invitamos a los bebés y sus padres a unirse a nuestro personal durante un período de cuatro horas. Nos turnamos para centrar nuestra atención en un niño o niña y su familia durante una hora y luego pasar a la siguiente familia. Durante el transcurso de los últimos años hemos visto niños y niñas de muchas edades, desde recién nacidos hasta los cinco años de edad. Hemos trabajado con bebés adoptados, bebés que han tenido partos traumáticos o cirugías elaboradas, bebés nacidos por cesárea, bebés concebidos por Fertilización in Vitro (FIV), y bebés con retrasos en el desarrollo.
En
este formato, tengo dos asistentes. Uno de ellos es un experimentado
terapeuta del método Rolfer que está bien preparado para asistir al
cuerpo humano con varias disciplinas, incluyendo la terapia
craneosacral. Su papel es controlar las expresiones somáticas de los
bebés, ayudarme en la toma de contacto físico, e incluso a veces
hacer un poco de trabajo craneosacral. Mi otro asistente es un
consultor y formador de padres. Su papel es fijarse en el bebé y los
padres con la intención de observar sus sentimientos, es el que se
encarga de “empatizar”. Ambos asistentes han sido alumnos míos
desde hace varios años, y por lo tanto tienen una formación
orientada hacia las influencias pre y perinatales en la vida de los
niños. Para completar nuestro personal, un educador infantil juega
con los bebés que no están siendo el foco de nuestra antención.
Uno
de los aspectos de nuestro formato que contribuye a la fibra dinámica
de las familias es que los padres comparten mucho entre sí. Siempre
es maravilloso y revelador escuchar lo que los padres piensan y
sienten sobre sus hijos, cómo están creciendo, y qué tipo de retos
están afrontando. Además, es productivo y tranquilizador para los
padres poder oír unos de otros cómo lidian con los desafíos que
tienen en común.
Cuando
es posible, nuestro objetivo es tener bebés con historiales o
historias similares agrupados en el mismo día. Por ejemplo, se
podría organizar una sesión de mañana con cuatro niños adoptados.
Otra de las sesiones podría estar compuesta por bebés que nacieron
por cesárea. De esta manera, los padres con experiencias similares
pueden unirse y compartir sus ideas. Los casos que describimos aquí
son de clientes de mi consulta privada con niños concebidos por FIV,
que también asistieron al taller. La combinación de trabajo privado
y experiencias de grupo ha demostrado ser un excelente soporte para
muchas familias.
En
mi consulta, he tenido la oportunidad de trabajar con cuatro parejas
de mellizos de diferentes edades todos concebidos por FIV. He visto a
cuatro de ellos durante cuatro años, empezando cuando eran bebés.
Los otros cuatro eran mayores cuando los conocí. La pareja de
mellizos mayor tenía ocho años.
Cabe
señalar que todos los bebés probetas están muy controlados y
manipulados a lo largo de su proceso de gestación; desde antes de la
concepción hasta el nacimiento son manejados, examinados y
evaluados.
Casi
todos los bebés probeta nacen por cesárea. La mayoría son
mellizos, ya que los óvulos fecundados que se implantan en el útero
son varios con el supuesto de que no todos van a vivir. Los huevos
fertilizados excedentes se congelan y se guardan en el laboratorio.
Estos son sólo algunos de los procesos por los que todos los bebés
probetas pasan. (Hay muchas razones para este escrutinio y
manipulación a menudo complejo e invasivo. Muchos médicos y
técnicos pueden tener un deseo sincero de ayudar a parejas
estériles, pero sospecho que parte de la motivación es que los
laboratorios de FIV desean presentar el más alto porcentaje de éxito
cuando se publicitan a los futuros padres.)
Los
bebés probetas (según mi limitada experiencia) parecen tener
algunas cosas en común que no llego a ver en otros bebés o niños
que podrían ser clasificados en un grupo basado en experiencias
comunes (por ejemplo, bebés nacidos por cesárea, o bebés adoptados
de culturas diferentes). En general, necesitan ayuda para reconocer
estructuras, necesitan ayuda “para encontrar su cuerpo” y
necesitan ayuda para sentirse seguros con sus emociones. Espero que
estas características de fondo se ilustren en los ejemplos
siguientes, junto con algunos temas y dinámicas más
individualizadas.
Una
característica inusual e inesperada que casi todos estos niños
tenían en común era que tenían algún tipo de relación con los
óvulos fertilizados que no fueron utilizados en la implantación y
ahora están congelados. Ninguna de las familias con las que he
trabajado había decidido qué hacer con los óvulos congelados. Las
distintas opciones que hay actualmente son: implantarlos en la madre
en un intento de tener más hijos, donarlos para la investigación
con células madre, deshacerse de ellos, o mantenerlos en un limbo,
congelados. Todos los padres vivían un gran conflicto a la hora de
llegar a un acuerdo con qué hacer con los óvulos, y ninguno de
ellos quería tener más hijos. Uno de los padres contaba cómo los
óvulos eran “sólo óvulos” cuando fueron implantados, pero una
vez que habían tenido hijos de ellos, los óvulos parecían cobrar
un significado mayor. No sé si esta cuestión se discute de forma
rutinaria con los padres que están en las etapas tempranas de
asesoramiento antes de proceder con los intentos de Fecundación in
Vitro. Sin embargo, creo que es éticamente significativo y debe ser
discutido con los posibles futuros padres, ya que todos ellos en mi
consulta sufrían y realmente siguen sufriendo a la hora de
determinar qué decisión tomar.
Las
formas en que los bebés concebidos por FIV parecían tener
relaciones con los hermanos y hermanas “no presentes” era
variada. Una melliza de un año de edad en una de las familias, una
niña que ya era capaz de ponerse de pie y comenzaba a decir sus
primeras palabras maravillosas, mostraba un patrón de conducta
consistente, mirar hacia arriba y hacia su izquierda. Cada vez,
después de mirar en esa dirección, podrías leer en su rostro y en
sus ojos claramente una expresión triste. Tanto los padres como yo
estuvimos de acuerdo en que su expresión era de nostalgia. Su
comportamiento con la “mirada” fue constante y evidente, por los
que los padres y yo coincidimos en que podría ser algo con lo que
trabajar.
Nos
dimos cuenta que sólo repetía ese comportamiento con la mirada
cuando estaba de pie. En una sesión probé a sostener diferentes
objetos en la zona hacia donde parecía estar mirando para ver si
había respuesta. Primero sostuve una pequeña pelota de goma toda
rugosa, pero parecía mirar más allá de la pelota. Entonces probé
con un libro de imágenes, tanto los padres como yo coincidimos en
que parecía estar participando en el proceso conmigo, pero también
parecía estar mirando a través, o más allá del libro. De repente
me vino la idea de que podría estar experimentando algo relacionado
con su concepción, incluso algo que ver con los óvulos fertilizados
no implantados de su proceso de Fecundación in Vitro.
En
respuesta a este impulso, seleccioné dos pequeñas muñecas bebé
desnudas. Cuando me vio elegir estas muñecas comenzó a emocionarse
y temblar un poco. A través de un cruce de miradas con los padres,
comprobé que todos se mostraban de acuerdo en que estaba pasando
algo importante. Cuando puse las muñecas en la zona donde pensaba
que había estado mirando, la pequeña tembló de forma más acusada,
se echó a llorar, y corrió hacia sus padres, que la cogieron con
simpatía. Estaba claro, por la mirada de sus ojos, que estaba
procesando algo muy profundo, y que a través de la empatía con sus
padres, se estaba desarrollando un proceso de curación.
En
la parte de análisis al final de la sesión, era reacio a plantear
la idea de que tal vez la niña estaba viendo o sintiendo algo que
ver con sus hermanos concebidos, pero no implantados, y no presentes.
Los padres de niños probeta pueden ser muy sensibles a todo el
proceso que han sobrellevado para tener hijos. A menudo hay mucha
vergüenza a muchos niveles: la vergüenza de no poder concebir de
forma natural, la vergüenza debido al escrutinio constante y a veces
invasivo de los médicos, y la vergüenza por la disposición de los
óvulos no fertilizados, y la vergüenza de no ser capaz de tener un
parto vaginal. Rara vez hago referencia a los embriones congelados o
hago preguntas sobre ellos a menos que los padres saquen el tema a
colación.
En
este caso, ambos padres se pusieron a llorar y me explicaron que
recientemente habían estado hablando acerca de la posibilidad de que
su hija hubiera estado “buscando a sus hermanos.” (Me aseguraron
que estas conversaciones las habían mantenido siempre fuera del
alcance del oído de sus hijas). A pesar de que ya había trabajado
con ellos durante algún tiempo, y que me profesaban una gran
confianza y se sentían seguros en nuestro trabajo conjunto,
explicaron que habían sido remisos a contarme lo que sentían que
podía significar este comportamiento. Esta sesión ayudó a sacar a
la luz los sentimientos de la niña y los padres en un ambiente de
escucha completamente seguro.
Ahora
me gustaría describir una experiencia aún más reveladora sobre la
relación de un bebé FIV con sus hermanos congelados. Esto ocurrió
con una familia muy querida y cariñosa con la que había trabajado
durante más de cuatro años. Los padres eran extremadamente atentos,
afectuosos y respetuosos con sus hijos, un niño y una niña. La hija
comenzó a tener unos sueños muy significativos hacia el final de
los cuatro años de trabajo conjunto. Estos sueños empezaron después
de varias sesiones que se habían diseñado para ayudar a los niños
a sentir una mayor resolución con respecto a ciertos aspectos
traumáticos de su concepción, que fue a través de la técnica de
introyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI). La
concepción in Vitro por ICSI implica el uso de óvulos donados. El
espermatozoide del padre se centrifuga para obtener los más grandes.
Estos son inyectados en los óvulos donados, y los huevos
fertilizados resultantes se implantan en la madre.
Estos
padres consideraban importante pasar un tiempo con sus hijos cada
mañana. A lo largo de los últimos años habíamos hablado con
frecuencia en las sesiones de los sueños que los niños habían
tenido. En esta sesión, en particular, los padres estaban muy
excitados y me pidieron un poco de tiempo sin los niños. La madre me
explicó que su hija había estado muy alterada por un sueño y le
había pedido que la cogiera durante un buen rato por la mañana.
Cuando la madre le invitó a compartir con ella lo que quisiera, la
niña respondió: “Tenemos que hacer algo con mis hermanos y
hermanas.” A continuación, explicó, “tengo cinco
hermanos y tres hermanas.” La madre entonces me dijo que había
siete embriones sobrantes. Las matemáticas salen si contamos a su
hermano mellizo vivo. Entonces la niña continuó diciendo, “Mis
otros hermanos y hermanas se están congelando. Se encuentran en una
cueva en la nieve y están llorando. Tenemos que hacer algo”.
¿Qué se puede decir sobre una experiencia como ésta? Creo que sin
duda esto merece una seria reflexión.
Una
observación sorprendente con los varios casos de Fertilización in
Vitro con los que he trabajado es que todos ellos han tenido algún
tipo de desconexión con sus cuerpos. La mejor manera, aunque quizás
no la más científica, de describir este fenómeno es que los bebés
y los niños parecen tener dificultades para estar conectados,
organizados y relajados en su propio cuerpo. Podría llegar más
lejos y decir que, según mi propia percepción subjetiva, incluso
parece que tienen dificultades para “encontrar” su cuerpo. Con
esto me refiero a algo muy diferente de, por ejemplo, la relación
que los niños con parálisis cerebral (PC) tienen con sus cuerpos.
Estos niños parecen tener una calidad densa, tanto neurológica como
fisiológicamente, mientras que los niños nacidos por FIV parecen
tener todo lo contrario. Yo lo describiría como una ligereza, o
delgadez en la conexión entre el sistema físico y la persona en su
interior. O tal vez podría ser descrito como una falta de armonía
entre “sí mismos” y sus cuerpos. Los niños FIV que he conocido
parecen tener una relación tentativa con las estructuras y las
formas, incluyendo la propia estructura de sus cuerpos.
Creo
que una de las mejores maneras de ilustrar lo que estoy hablando es
describir una experiencia que tuvimos en una tarde cuando estábamos
trabajando con cuatro hijos de tres familias. Todos los niños
nacieron por cesárea. Dos de ellos fueron concebidos de manera
natural, mientras que los otros dos fueron concebidos por Fecundación
in Vitro. Uno de los juegos que usamos para trabajar con los bebés
por cesárea implica la creación de un túnel o “guante largo”
con la intención de representar el canal del parto a través del
cual podría haber nacido. El túnel es creado por los padres y los
asistentes organizados en dos filas, con una “salida” al final.
Por lo general, la salida se hace con dos sillas cubiertas con
mantas, de forma que haya un agujero en el medio a través del cual
el bebé sale a encontrarse con la madre que espera en el otro lado.
La idea es organizar un canal de parto simbólico con la intención
de animar al bebé a experimentar y entender un poco lo que podría
haber sido pasar por un parto vaginal, en vez de ser sacado del
útero. William Emerson y otros han utilizado con éxito esta técnica
para la resolución de los traumas resultantes de los partos por
cesárea.
Le
pedimos a cada niño (entre tres y cuatro años de edad y por lo
tanto con la edad suficiente para comprender juegos e instrucciones
simples) que empezara en el extremo abierto del canal uterino, luego
gateara o se moviera por el túnel (la vagina) y por último saliera
por el otro extremo de las mantas para reunirse con la madre. Los dos
primeros bebés en ir fueron los bebés concebidos de forma natural y
nacidos por cesárea. Los niños fueron animados por los padres y los
asistentes que formaban el canal del parto. Los padres los tocaban y
les decían cosas como: “puedes hacerlo!” Y, “ve por
ahí, mamá está en el otro lado!”. Los dos primeros bebés se
activaron durante el proceso (mostraron signos de estrés), se
pararon, pugnaron (aunque no había ningún impedimento físico que
les impidiera seguir adelante), y trataron de salir por las paredes
del túnel. Este intento de “salida lateral” es muy común en
casi todos los bebés por cesárea que he visto hacer el ejercicio,
especialmente cuando es nuevo para ellos. Se trata de una recreación
directa de sus verdaderos partos por cesárea. Con el tiempo, ambos
bebés (yendo de uno en uno, mientras los otros tres jugaban en el
área de la guardería) logró gatear por el canal del parto
simulado, atravesar la manta, y reunirse con sus madres.
A
continuación le llegó el turno al siguiente niño, uno de los niños
FIV. Cuando se le pidió que fuera hacia la entrada del canal
uterino, se echó a reír, entró en el túnel desde el lado, se
abrió paso por el otro lado en un ángulo perpendicular y luego se
fue alrededor de las sillas (salida de la vagina) y abrazó a su
madre. Su hermana, la otra bebé nacida por FIV y cesárea, estaba
mirando desde la zona de la guardería. Vio a su hermano participar
felizmente en el juego y creyó entonces tener permiso para entrar en
el juego. Se le pidió que fuera hasta el final del túnel, pero hizo
un camino al azar por dentro y fuera del túnel y alrededor de las
sillas hasta su madre. Los dos pequeños, al parecer creyendo que
estaban jugando al mismo juego que los dos primeros habían hecho, se
movieron de un lado a otro y al azar alrededor de los padres y los
asistentes que mantenían la estructura del túnel. Por mucho que el
padre les explicara las reglas los niños no participaban de nuestra
versión del juego. Los dos, sin embargo, suelen entender y seguir
instrucciones (a veces con un poco de negociación). Por último, el
padre, un poco frustrado, se dio por vencido y, queriendo que tanto
su hijo como su hija tuvieran la experiencia de pasar por el canal
del parto, preguntó si podía coger a uno de ellos y ponerlo en la
entrada. Nos pusimos de acuerdo y reorganizamos el túnel de manera
que el padre se pudo colocar en el extremo del útero. Puso a su hijo
en la entrada del canal del parto y prácticamente le rogó que
entrara por él y atravesara la manta hasta salir al otro lado con su
madre. El pequeño se limitó a dar saltos y se puso a perseguir a su
hermana que no paraba de entrar y salir del túnel.
Finalmente
renunciamos a la idea de que los niños siguieran intentando el
juego, porque nos dimos cuenta de que habría exigido demasiadas
indicaciones. Simplemente no podían seguir las instrucciones de
forma natural. No he tenido la oportunidad de repetir el ejercicio
con otros niños FIV, pero no me sorprendería si los resultados
fueran similares.
Los
niños FIV, como todos los otros niños, pueden ser unos seres
humanos preciosos y tiernos. Ciertamente he llegado a querer y
conocer muy bien a estos pequeños con los que he trabajado. Puedo
decir que en algunos aspectos, especialmente cuando se refiere a la
estructura, la forma y las relaciones personales con sus cuerpos, los
niños FIV que he conocido han experimentado cierta frustración
extra, al igual que sus padres. Según mi limitada experiencia, los
niños probeta parece que necesitan un poco más de atención en
algunas áreas. Si mis observaciones se pueden generalizar a todas
las personas nacidas por FIV, se podría decir que los bebés FIV
pueden no ser siempre los “saquitos de alegría” que sus padres
esperan. Además, los bebes FIV a menudo son mellizos, lo que aumenta
las demandas de cuidado de los padres ya de por si estresados. Los
padres de los bebés FIV ya han pasado por mucho, a veces tratando de
concebir durante años antes de recurrir al proceso de Fecundación
in Vitro, lo cual es caro y riguroso.
Me
preocupa que la tecnología FIV haya avanzado mucho más allá que
nuestra comprensión de los efectos psicológicos del procedimiento.
Los padres con problemas de fertilidad estaría mejor atendidos con
un estudio serio sobre las tendencias psicológicas y fisiológicas
en los niños FIV. Entonces informarse de una forma más completa de
antemano, para luego poder tomar una decisión que implica un
desembolso importante, además de una fuerte tensión gestacional
para la madre y el bebé, así como (casi siempre) un parto por
cesárea y la duplicación repentina del tamaño de la familia.
No
sé si las características que he observado están presentes en
todos o muchos de los niños FIV en la población general, y no he
oído hablar de estudios realizados en esta área. No sé lo
relevante que puede llegar a ser esto para la cultura de la
Fecundación in Vitro que se está creando y creciendo rápidamente.
Sé que estas tendencias han tenido un efecto real y evidente en
todas las familias con las que he trabajado, y estoy preocupado por
la creciente popularidad de las concepciones por fecundación in
Vitro que no prestan atención a este nivel de conciencia.
Curiosamente,
dos de mis familias (el 50%), después de una gran cantidad de
trabajo personal con sus bebés, lo que obviamente tuvo un profundo
efecto en los padres, sin querer, y para su sorpresa, concibieron y
dieron a luz de forma natural. Parece que algo cambió en los padres
durante el proceso de ese trabajo tan profundo y empático con los
niños FIV.
Karlton
Terry
Educador
pre y perinatal
Denver,
Colorado
IPPE:
Institute for Pre and Perinatal Education
Artículo
en inglés:
Observations
in Treatment of Children Conceived by In Vitro Fertilization
Asociación Española de Terapia Biodinámica Craneosacral
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