“Nadie sabe cuántas vidas detenidas
hay en los tanques de las clínicas de Reproducción Asistida.”
“Mientras el número de vidas congeladas va en aumento,
las parejas no se responsabilizan de sus embriones
y las clínicas no saben qué hacer con ellos.”
“La fecundación artificial priva al embrión
de varios días de las ventajas del entorno materno,
disminuyendo por ello su capacidad de sobrevivencia.”
Natalia López Moratalla
“Diversos estudios ponen de manifiesto
que los embarazos tras FIV tienen más complicaciones,
tanto para la madre como para los nacidos,
si se comparan con las gestaciones naturales.”
Natalia López Moratalla
“La paternidad-maternidad biológica
ignorada por los donantes de gametos,
el comercio de óvulos y el turismo reproductor,
el incremento del Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP)
para elegir el sexo o alguna característica deseada,
con la eliminación de aquellos que no las tienen, etc.,
es en sí mismo un aviso de la dilución
de las relaciones naturales familiares.”
Natalia López Moratalla
Debido a la cantidad de artículos en abierto (hecho que es de agradecer) procedentes de la ciencia Bioética en relación a las técnicas de reproducción asistida y a la experimentación con embriones humanos, selecionamos algunos de especial interés para el tema principal de este blog: la Conciencia Prenatal y Perinatal y cómo todo lo que ocurre antes de nacer y en el periodo en torno y durante el nacimiento influye fuertemente en la personalidad del ser humano, suponiendo un shock y trauma las experiencias que descuidan sus necesidades naturales tanto físicas y emocionales como mentales y espirituales, así como su influencia en todo el sistema familiar, desde los hermanos, los progenitores y todo el árbol genealógico (ver la sección Ejemplos). Se extraen numerosos párrafos, se destacan algunas frases en negrita y se enlazan a los artículos correspondientes. Agradecemos el extenso trabajo de los autores para el beneficio de la salud humana y del planeta.
“La investigación con los embriones se lleva a cabo directamente sobre ellos, cambiando las condiciones de las técnicas sin experimentación previas en animales, y con carácter retroactivo. Esta manipulación no busca posibles beneficios del embrión mismo, sino a la eficacia en términos de embarazo logrado.
En la cultura contemporánea la Fecundación In Vitro (FIV) se presenta como una conquista que permite saltarse las leyes y los limites naturales de la transmisión de la vida, superando de este modo el conflicto de dos derechos. El derecho del hijo a su origen en el engendrar de sus padres, con el carácter azaroso y libre de una biología no programada y no manipulada y el supuesto derecho de todo varón o mujer a un hijo biológico. La solución de emergencia ha creado la falsa expectativa de que toda persona, y en cualquier situación, puede reclamar un hijo sano y perfecto, en una sociedad que quiere entrar en la era de la genética personalizada.
(…)
Es un proyecto de programación de la transmisión de la vida humana. De tal forma, que la percepción social de que existe un derecho natural al hijo hace crecer la percepción de un supuesto e imperioso deber de los profesionales de la salud de hacerlo posible mediante cualquier tipo de intervención. ”
“Evidentemente, existe una línea divisoria entre las actuaciones encaminadas a curar la esterilidad interviniendo en sus causas, y las técnicas encaminadas a generar embriones y transferirlos al útero. Esa línea divisoria entre curar/paliar y generar artificialmente el hijo mediante cualquiera de las técnicas “in vitro”, la traza la ciencia.
En primer lugar, en la Medicina de la fecundidad los pacientes son el hombre y/o la mujer que quieren hacerse mutuamente padres. Pero tratándose de la transmisión de la vida, el hijo es otra persona que, sea como fuere la forma y el modo con que llega a la vida, es un ser humano con el carácter personal propio y específico de todos y cada uno de los hombres. Los actos médicos que curan la infertilidad no acaban en los padres ya que el éxito de la actuación médica está en que ellos puedan engendrar un hijo. El tratamiento en sí de la infertilidad, ha de mirar a que las intervenciones no causen riesgo a la salud del hijo.
Por el contrario, la aplicación de las ART no es en sí un acto médico. El sujeto humano sobre el que “actúan” es justamente el embrión que producen desde gametos humanos. El equipo (biólogos, embriólogos, médicos, ginecólogos y técnicos de laboratorio) son productores de embriones para dar respuesta técnica al deseo de un hijo. Con la lógica de la producción, los embriones se generan en exceso para poder seleccionar, se experimenta en ellos para probar su cultivo, anidación, etc. No importa cuantos quedan en el camino sino cuantas mujeres o parejas consiguen el embarazo, o el hijo nacido. Se cumple así la que lo producido se presenta como destruible.”
“La alarma, cada vez más intensa de los Neonatólogos y Pediatras por el riesgo mayor de padecer enfermedades y malformaciones de los niños generados in vitro respecto a los engendrados, conlleva